Esto no es un lloro, ni un caso de casualidad. Es algo de que deseo hacer hace tiempo: volar en libertad. Hoy he conseguido darme cuenta de mi verdarero sino, del destino de mi vida. De la dureza de mi estilo en no querer herirte y en mi soledad solo herirme yo mismo. Perdido en el camino tanto tiempo creo que me he dado cuenta de que no te necesito para nada, que tán solo quizá seas el producto de las de querer de que se acabe. Probablemente algún día me arrepienta, quizá sea algo que no debo hacer. Un cruce de miradas puede decir más cosas de las que queremos expresar, por eso hoy puede leer la inexpresividad de tu mirada. Mañana me levantaré, me haré promesas, me desnudaré el alma a mi mismo; pero lo que nunca volveré a hacerme es serme infiel. Ni tu, ni nadie volverá a hacerme tropezar; no, una y mil veces no, una vez me parece suficiente. Harto ya de agnosticismos voy a ser yo otra vez. Aquel que nunca debería de haber dejado de ser, aquel que paso de ser feliz a donar su felicidad. Volveré y será para quedarme. Será un giro por completo. Me puedo descomponer y olvidar que estoy aquí pero lo que nunca sucederá será que yo pierda mi camino. Pero dejando todo esto a un lado diré que hoy es un día por el que no me volvereís a ver ser un impertinete pertinaz de incautos pensamientos. Ya estuve muerto una vez. y siempre que cae un héroe es llamado por el Valhalla. Yo estuve allí, y las parcas me dieron una segunda oportunidad. Resurgido de mis cenizas he vuelto para quedarme.