martes, 2 de noviembre de 2010

Mirando el cielo...

Son tantos lo sueños que desembocamos en nuestras miradas celestiales. Siempre miramos al cielo cuando nos sentimos soñadores. Hoy me siento soñador. Hoy he mirado al cielo creyendo verte en él. Hoy he vuelto a volar cargado de ilusiones que nadie matará. Hoy he podido ver el mar desde mi balcón, porque era tan fuerte mi deseo que cerré los ojos y hasta llegué a creer que mis dedos tocaban este soñado medio salino. Hoy me mire al pecho y pude ver como poco a poco se escribía tu nombre en él. Pude ver que en tu infeliz mirada me encontrabas y empezabas a creer que existe un camino que recorrer. Hoy he estado mirando al cielo, hoy vi la belleza celestial. Hoy te vi pintando estrellas para que yo pueda ser feliz. Hoy, solo hoy. Hoy pude pasear por mis pensamientos porque me daban la felicidad de tu imagen. Hoy pude levantar la voz porque tu querías escucharla, sentirla, entenderla. Hoy me comprediste. Hoy puede ser un día para recordar. Hoy puede ser un gran día. Hoy, he matado al día para que no sea un solo hoy y se convierta en un mañana. Hoy fue el último día. Hoy miré al cielo, y por fin me devolvió la mirada.

Hoy sin querer desperte en un cajón

Cuando la noche solo te da hostias:despierta, la puerta está abierta por si decides entrar. El perro ya se ha comido el desayuno y tu rostro se fundió ya hace tiempo en el espejo. Migajas de la Luna con el alba. Si me quieres mi amor, por favor no me trates así. Cierra la puerta y desaparece. Colgado de un hilo me desperté y la noche la llama en mi avivo. Y Si mi perro ya no te ladra quizá será porque ya no le importas y le das igual. Cierra la puerta que ya es muy tarde, al otro lado yo no voy a esperar.

Una noche

Hoy he salido a la calle. Palabras cruzadas, miradas perdidas. Esta noche puede ser algo distinto. Todo puede cambiar, o al menos crees que puedes intentarlo. Hoy he salido y me he cruzado con un perro; él me ha mirado, yo lo he mirado y ambos esbozamos una sonrisa. La noche transcurría y la tinta que había en el papel no mentía, la noche era como otra cualquiera: noche de vulgaridad. Como si fuera la última cena acudimos todos a nuestro Sinaí particular con la idea de que sea una noche con una historia que recordar. Pasan las horas, pasa la noche y todo sigue como si la noche no hubiera existido, todo continua como si fuera un espacio publicitario sin interés. Llega el momento conveniente a la vuelta a casa porque todo está dicho, hablado o incluso insinuado. Por el camino te espera quién en esa noche a querido ser fiel, pero la cosa ha cambiado. Esta vez la sonrisa ha desaparecido, en su lugar había una lágrima... Una lágrima negra para limpiar todas esas cosas que no han sido buenas esta noche, una lágrima que representa todo lo malo que vemos y no hacemos caso. Me he parado a pensar por un segundo en un sucio rincón de este pueblo y he visto que dónde el resto solo ve basura o deshechos podemos encontrar una forma de vida que no hemos aprendido a contemplar y al cruzar esa línea de lo desconocido empezamos por el buen camino para la creación de nuestra propia vida. Y este perro me hizo ver que las pequeñas cosas quizá sean las mejores que nos ofrece la vida y qué perdemos muchas veces por seguir consejos de troceen vez de seguir nuestro instinto.

Si el viento sopla en contra, alza tu melena

Esto no es un lloro, ni un caso de casualidad. Es algo de que deseo hacer hace tiempo: volar en libertad. Hoy he conseguido darme cuenta de mi verdarero sino, del destino de mi vida. De la dureza de mi estilo en no querer herirte y en mi soledad solo herirme yo mismo. Perdido en el camino tanto tiempo creo que me he dado cuenta de que no te necesito para nada, que tán solo quizá seas el producto de las de querer de que se acabe. Probablemente algún día me arrepienta, quizá sea algo que no debo hacer. Un cruce de miradas puede decir más cosas de las que queremos expresar, por eso hoy puede leer la inexpresividad de tu mirada. Mañana me levantaré, me haré promesas, me desnudaré el alma a mi mismo; pero lo que nunca volveré a hacerme es serme infiel. Ni tu, ni nadie volverá a hacerme tropezar; no, una y mil veces no, una vez me parece suficiente. Harto ya de agnosticismos voy a ser yo otra vez. Aquel que nunca debería de haber dejado de ser, aquel que paso de ser feliz a donar su felicidad. Volveré y será para quedarme. Será un giro por completo. Me puedo descomponer y olvidar que estoy aquí pero lo que nunca sucederá será que yo pierda mi camino. Pero dejando todo esto a un lado diré que hoy es un día por el que no me volvereís a ver ser un impertinete pertinaz de incautos pensamientos. Ya estuve muerto una vez. y siempre que cae un héroe es llamado por el Valhalla. Yo estuve allí, y las parcas me dieron una segunda oportunidad. Resurgido de mis cenizas he vuelto para quedarme.